Reflexiones y otros escritos




A veces resulta que no eres tú quien descubre la poesía, es ella la quien viene a ti y te envuelve con su magia.
A partir de ese momento vives el horizonte que solo tu mente era capaz de abarcar, prendes tu alma en el inmenso fuego del arrecife que hay junto al abismo de nuestros anhelos incumplidos.
Te embriaga, te hace perder la noción del tiempo, olvidas quién eres... sueñas miles historias de aventuras, historias desgarradoras, amor, odio, tristeza.
Pero esto sólo sucede a veces, muy pocas veces porque la poesía es así; en cambio, hay veces que llega a ti poco a poco y te atrapa, justo en ese instante ya no querrás desprenderte de ella.
¿Y tú aún me preguntas qué es poesía?



Hay cosas que duelen tanto en el alma que por más que luchas contra ellas es imposible vencerlas, hay sentimientos que pueden cortar el silencio más profundo, besos que sin ser dados pueden ser los más hermosos que jamás hayas tenido.


Si cierras los ojos podrás sentir el húmedo sabor de mis labios apunto de besar los tuyos, los abrirás junto en el instante en que me atraigas hacia ti para besarte... me pedirás que me quede 5 minutos, que vuelva mañana, que vuelva esta noche.


Ambos sabemos que podemos hacer ese camino juntos, tu quieres y yo te esperaré, las maletas estarán hechas para cuando vengas a mi emprender juntos ese viaje pues el tren nos llevará allá donde nuestro amor decida, sin importarle a nadie, sin que nadie tenga que decidir por nosotros.


Mientras llegas mi amor yo seguiré soñando tus besos y abrazando tu alma.



En esta vida y aún teniendo en cuenta el año en el que vivimos asisto con vehemente sorpresa al espectáculo en el que algunos hombres se comportan como animales o peor aún que ellos, sacan sus más bajos instintos, ladran las vacas y mugen los perros.

En todo este proceso de incoherencias sin sentido es cuando se establece la esperanza de que la tormenta arrastre la broza y los matojos que entorpecen y enredan el verdadero curso del agua, el curso de la vida.

Mientras tanto hemos de ser beligerantes con quienes no tienen más conocimientos que los justos para pasar el día... claro, las vacas ladran y los perros mugen o al menos, en los sueños de Galimatea así era y venía Thor, el dios del trueno, para aliarse con Eolo, el dios del viento y entre ambos alejar las piedras del camino de Afrodita.

Cierro los ojos y entonces te puedo ver.





A veces el destino es caprichoso, juega con nosotros a su antojo y nos pone ante pruebas que no podríamos ni imaginar.

A veces, ese destino es justo y hace que dos personas estén destinadas a compartirlo todo y eso es lo que nos ha pasado a nosotros, cada uno en su mundo; tú invisible a mis ojos hasta hace unos días y yo perdido en mi ausencia, con todos estos los sentimientos del amor inmersos en el letargo de quien no espera amar.
Y justo en este momento todo cambia, unos versos que por saber ni sé el momento justo en el que salieron de mi interior para acercarse a ti,  en qué momento  vi que tu eras el destino más próximo de mi viaje, del viaje de mi corazón.

Te dije el viernes que nada existe sin poesía, que nada escapaba a tus ojos y que ningún sueño sería posible si no fuese junto a ti, que no habría poema posible si tú no y es que has llegado para quedarte a mi lado, para contemplar juntos el amanecer de cada día y por la tarde las puestas de sol que solo los que se aman saben ver a su manera.

Desconozco si te merezco, al menos lucho por merecerte, es un regalo que cualquier persona debería recibir, pero que sólo espero alcanzar yo. ¿Recuerdas estas palabras? Pues me demostraste que si que te merezco, que nuestro destino está ahí aguardando el momento en el que por fin estemos juntos, que ya nada pueda separarnos.


Tampoco sé si habrá suficientes rosas blancas para dibujártelas en forma de versos y mandarte en ellos mi amor, porque eso es lo que me haces sentir, amor, un amor que será historia y juntos la vamos a compartir, juntos la vamos a escribir.

Pero que nadie sepa esto, este es nuestro secreto, el amor cuando surge hay que mimarlo, ser precavidos, cualquier resquicio puede hacer que las rosas blancas se tornen del color de la envidia y nuestros caminos entonces se distancien.

Siento unas ganas enormes de decirte que te amo, que te amo como la mirada que forman tus labios junto a tu sonrisa, que te amo como el cielo reflejado en tus ojos, como el abrazo infinito que no nos separará jamás.

Decirte que te amo es una palabra que se queda pequeña para expresar lo que siento por ti, podría decirlo cada mañana cuando despertases junto a mi, cada anochecer al irnos a dormir, podría decírtelo a cada instante pero mis palabras no harían justicia a lo que mi corazón puede decirte con solo escuchar tu respiración.

No se lo contemos aún a nadie, dejemos que sea nuestro secreto, nos amamos y es lo único que importa y si alguien piensa que estoy soñando le responderé que mi sueño eres tú.





¿Qué flor sería digna de ti, qué suspiro es el que escapa de la noche y penetra en tu alma buscando el color de tu sonrisa para escondernos juntos en un beso que no tendrá fin? 

Las poesías son esas extrañas cosas que hemos de leer dos veces para entenderlas mejor, a veces esas poesías llevan en sus entrañas algo que en esa segunda lectura nos damos cuenta que van dirigidas a nosotros... esa extraña cosa es la poesía.















La poesía es un arma cargada de futuro, eso es algo que no tiene discusiones posibles y el poeta ejecuta cada uno de sus versos dándoles vida, transformándolos como un experimento que poco a poco va tomando forma y hacen que los corazones se estremezcan, que los ojos sacudan su ira o su amor mediante lágrimas eternas de las que se empapa para seguir creando nuevos versos.

El poeta plasma, desde su más humilde rincón sus experiencias, a veces ciertas a veces soñadas, ese poeta confuso y alocado a quien a veces dudamos si seguir... ese sin dudas os invita a que os adentréis en su mundo, acompañadlo y bebed de sus ansias, de sus miedos, de sus aventuras.




Es pasión olvidada el dolor amargo que tu alma designó en mi apenado destino, que una vez habiendo perdido el rumbo de un amor truncado y sin existir vuelta atrás cuando el dulce beso de la muerte quiso cobijarme en su lecho opté por abandonar la lucha la cual no me llevaría a nada.

Dijiste todo sin haber dicho nada, me besaste sin acercar tus labios y en el último suspiro de la tarde prendiste fuego a mi atormentada alma desconociendo si las cenizas acabarían en el rincón del olvido o si por el contrario fuesen la sentencia que jamás quisiste reconocer.